02 agosto, 2009

Érase una vez...

en un país lejano un joven príncipe que a pesar de tener todo lo que podía desear, era egoísta, y déspota.
Una noche de invierno llegó al castillo una anciana mendiga y le ofreció una rosa a cambio de cobijarse del frío.
Repugnado por su desagradable aspecto, el príncipe despreció el regalo y expulsó de allí a la anciana. Ella le advirtió que la belleza se encuentra en el interior.
Y cuando volvió a rechazarla,como castigo, lo transformó en una horrible bestia y lanzó un poderoso hechizo sobre el castillo y sobre todos los que allí vivían.
Avergonzado por su aspecto, el monstruo se encerró en el interior de su castillo, con un espejo mágico como única ventana al mundo exterior.
La rosa que ella le había ofrecido era en realidad una rosa encantada, que seguiría fresca hasta que él cumpliera 21 años. Si era capaz de aprender a amar a una mujer y ganarse a cambio su amor antes de que cayera el último pétalo, entonces de desharía el hechizo.
(fragmento de la bella y la bestia)